EL DIA DE LAS ELECCIONES 1ERA. VUELTA

La República de Guatemala estaba en medio de un temporal causado por un Huracán que se dirigía al Golfo de México, tres día había llovido torrencialmente. Al salir de mi casa a las 8 de la mañana, del 7 de septiembre un vecino, economista, iba practicando jogging , mi papá le preguntó, va a ir a votar vecino, y este le respondió ¡mas tarde!

Esta actitud es la que privó en los centros de votación, mitad abulia, mitad falta de patriotismo. Aún en las filas de votación de máximo 10 votantes, jóvenes, adultos y ancianos carecían de una visión clara de por quien votar, ¡Yo voy a votar nulo¡ dijo un hombre cómo de 70 años, siempre es la misma cosa y total la clase media y trabajadora pagamos la ineptitud de los gobiernos de turno.

Imprudentemente, cuando había prohibición expresa de hacer ningún tipo de propaganda, los seguidores de el Partido Patriota y los de la UNE, usaban camisas con los colores de sus partidos, como queriendo forzar a quienes nos acercamos para emitir nuestro sufragio secreto, a votar por sus opciones.

Yo como guatemalteca, que iba por primera vez a ejercer mi derecho inalienable de votar, me sentía frustrada ante la falta de Planes de Gobierno y ante los mensajes de los candidatos prometiendo seguridad, salud, educación para todos y crédito agrícola para el campesinado.

En mi casa hay unas publicaciones de las anteriores contiendas electorales y contando los partidos Políticos que ya no existen y la similitud de nombres, en Guatemala ha habido mas de 50 partidos políticos y asociaciones ciudadanas que ya no actúan o que se formaron con fines caudillistas.

Pero parece que el pueblo de Guatemala, analfabeto en un 30% y carente de tradición política y partidista talvez hasta en un 90% de la población del país, no le quedó mas que aguantar los tediosos, malintencionados, insípidos y repetitivos spots publicitarios.

No me imagino cómo un pueblo puede esperar vivir de la “esperanza”, que no es lo mismo que vivir de la fé. No entiendo como un pueblo con una experiencia de guerra fratricida de 36 años, esté basando su futuro próximo en un esquema de mano dura. No comprendo cómo un gobierno que ha dejado que la violencia se le salga de control, tenga un candidato queriendo salir adelante con un esquema basado en que los “buenos somos más”, si de buenas intenciones están llenos los cementerios, las cárceles y su sistema no ha probado y comprobado su eficacia ante la violencia común.

Como mujer y estudiante de Comunicación, me resulta irónico, que en un país con una gran cantidad de población indígena, la Dra. Rigoberto Menchú Tum haya conseguido un máximo del 4% de voto y prácticamente ni en su Departamento de Quiché consiguiera mayoría de votos. Creo que se le castigó no sólo por su carácter étnico, se le castigo también por el hecho de ser mujer y por no pertenecer a las élites aristocráticas de Guatemala.

Esta participación de Doña Rigoberto, deja muy claro el amplio esquema de discriminación a la mujer, pero en ella a toda la etnia de ascendencia maya. Aunque su compañero de fórmula es un miembro connotado de los exportadores de café del país.

Creo por las entrevistas que les practicará Libre Encuentro y los programas de radio de los periodistas Luis Felipe Valenzuela, Estuardo Zapeta y Guate Visión, los mas capaces en plan de gobierno y su análisis de contingencia, y hasta 20 años eran los candidatos Eduardo Suger Cofiño del Partido CASA y Harold Caballeros del Partido VIVA, a quien algunos estudiosos del tema político le garantizan el triunfo en las elecciones del año 2011.

En el caso del Partido VIVA, el no haber autorizado su inscripción habiendo cumplido su trámite legal, fue una actitud marrullera al retener la instancia de inscripción, su papelería por cási 48 horas.

Cuando analizo mis posibilidades en cuanto a la candidatura de presidente, sea por Otto Pérez Molina o por Alvaro Colom, lo único que me alienta, es que aún con 50 escaños en el Congreso la UNE o 30 el PP no podrán legislar solos y tendrán que contar con otros partidos para promover iniciativas de Ley, situación que garantizará la democratización de las leyes promulgadas en los próximos cuatro años.